Columbia Crest Cabernet Sauvignon 2015

Columbia Crest 
Cabernet Sauvignon 
2015
Columbia Valley, Washington State, EUA
$300-$350



El vino de esta semana es uno de mis favoritos (me leerán muchas veces escribir esto, lo cual no quiere decir que no sea cierto) en buena medida porque la primera vez que lo probé derrumbó los pocos, pero firmes, estereotipos que en aquél entonces tenía del vino norteamericano: que los buenos vinos eran de California y que, en general, eran muy caros. Son de esos vinos que, por la sorpresa que te generan la primera vez que los pruebas, se quedan grabados en la memoria para siempre. Por ello es que es un vino que no puede faltar en mi cava.

El vino, ya lo decía, se produce en EUA, mas no en California, sino en el estado de Washington (no confundir con Washington DC que está en la Costa Este), para mayor referencia cerca de Seatle (Costa Oeste). A diferencia de México al que hacíamos referencia en la entrada de la semana pasada, EUA sí que figura entre los productores de vino mundiales. De acuerdo al Informe 2017 de la Organización Internacional del Vino y de la Viña, EUA es el cuarto productor mundial vino, sólo detrás de Italia (1º), Francia (2º) y España (3º). Otro dato interesante que se desprende de ese mismo Informe es que EUA es el mayor consumidor de vino en el mundo (el Informe puede consultarse en este enlace). 

El ligar mentalmente a los vinos de EUA con California no es casual, pues este estado se producen alrededor del 90% de los vinos norteamericanos. Y, desde luego, sus vinos más emblemáticos y reconocidos mundialmente. Sin embargo, hay muchos otros estados de la unión americana que producen vino y uno de ellos, que en los últimos años se ha posicionado como el segundo mayor productor de vino en EUA, es el estado de Washington.

Del estado de Washington quizá la principal imagen que nos venga a la mente -además de los Seahawks de la NFL, Microsoft, Amazon, Boeing y Starbucks- sean los días fríos y lluviosos típicos de Seattle. Sin embargo, la zona vinícola de este estado encabezada por el Columbia Valley dista mucho de presentar este paisaje. Se trata de una zona ubicada un poco más hacia el este y que se encuentra protegida de las abundantes lluvias de la zona costera donde se encuentra Seattle por la cordillera de las montañas Cascade. Esto hace que se trate de una zona más bien desértica donde la precipitación es escasa. Otro aspecto interesante de la zona son sus suelos, que en las capas más bajas están compuestos de roca volcánica, pero en sus capas más altas son suelos arenosos con mucha piedra de río, producto de grandes inundaciones en la era del hielo (un muy interesante video sobre esta zona puede verse aquí).

Los productores de vino en esta región suelen ser pequeños productores. Dentro de las excepciones se encuentran Chateau St Michelle y Columbia Crest, que es la casa productora del vino de esta semana. Además del Cabernet Sauvignon del que hablaremos, produce un Shiraz maravilloso del que hablaremos en otra ocasión, Merlot, Malbec, etc. y una gran variedad de vinos blancos. De hecho, un aspecto interesante que se presenta en el estado de Washington es la utilización de una mayor variedad de uvas que en California. Es decir, que hay una mayor experimentación que se encuentra asociada a un precio menor de la tierra: entre más cara es la tierra, como sucede en California, los productores tienden a experimentar menos y a concentrarse en variedades que se tiene la seguridad que darán un buen rendimiento.

El vino es de la variedad Cabernet Sauvignon, una uva de origen francés que hoy en día es la uva para vino más cultivada en todo el mundo. Es seguramente la variedad que mejor se ha adaptado a una mayor variedad de regiones, de tal forma que es emblemática no sólo de Francia (principalmente Burdeos), sino de otros lugares como Chile, Italia (con los famosos supertoscanos) y los propios EUA, principalmente en Napa Valley. Es una uva potente, que suele producir vinos musculosos, concentrados en color, aromas y sabores y que suele dar notas a frutos rojos y negros, especies y torrefactos. Pero veamos lo que nos hemos encontrado en este vino.

Fase visual

A la vista es un vino brillante, limpio, que presenta una capa de color media alta con tonalidades rojo rubí intenso y ribete con destellos rosados. El lagrimeo es robusto y constante.


FASE VISUAL


Tinto Color



Rojo rubí




Ribete



Rojo con tonalidades rosadas

Capa de color
Brillo
Limpidez
Lagrimeo/Viscocidad
Media alta

Brillante

Muy buena
Consistente


Fase aromática

La primera impresión en nariz es buena, presenta buena limpidez, intensidad media y complejidad media a media alta. Presenta notas a frutos rojos como fresa, cereza, frambuesa y grosella, notas florales a violetas. También presenta un ligero especiado, como a pimienta blanca no muy intenso pero perceptible. Presenta también una ligera nota vegetal, a sotobosque. Pero sin duda lo que hipnotiza en este vino, son las notas amaderadas a vainilla y caramelo quemado, producto de las barricas en las que envejece el vino durante 6 meses.


FASE AROMÁTICA
1ª Impresión
Fuerza/Intensidad
Carácter
Complejidad
Buena

Media

Frutas rojas
floral
maderas
especias
vegetal
Media, Media alta

Concentración
Limpidez
2ª Impresión

Media

Buena
Igual


Fase gustativa

En boca es un vino con cuerpo medio alto que presenta un ataque intenso, ligeramente cálido. Es un vino seco con tanicidad media alta, que seca la boca inmediatamente. El alcohol se percibe en nivel medio a medio alto. Las notas son de frutos rojos, ligeramente caramelizados. Destacan las notas amaderadas a vainilla, caramelo quemado (creme brulee) y un poco a chocolate con leche.


FASE GUSTATIVA
Ataque
Dulzor/Sequedad
Acidez
Alcohol
Tanicidad
Cuerpo
Permanencia
Intenso, ligeramente cálido
Seco

Media baja
Medio a medio alto
Media alta

Medio alto

Media alta

Carácter
Frutos rojos, madera

Se trata de un Cabernet Sauvignon un tanto distinto a los de California, pues presenta mayor concentración de fruta. Por ahí leía que esto seguramente se debe a que por la ubicación geográfica de la zona las vides tienen una exposición solar (que no necesariamente significa calor) de un mayor número de horas que las vides californianas, lo que produce que la uva alcance niveles de mayor expresividad.

Este es un vino que perfectamente puede disfrutarse sólo. Se antoja para beberlo sentado en una terraza, si es posible cercano a una chimenea o fogata (por los aromas que arroja la madera quemada) en una tarde lluviosa. Tiene un sabor cautivador que te hace agua la boca antes de cada sorbo y que hace difícil negar una segunda o tercera copa.

Desde luego también viene muy bien con comida. Aquí mi recomendación sería maridarlo con algunos platos típicos norteamericanos como el brisket, las BBQ ribs, el pulled pork y, en general, cualquier platillo ahumado y/o con salsa BBQ.

Además se trata de un vino que tiene una estupenda relación calidad/precio. Se los recomiendo ampliamente, especialmente en este fin de semana que, al menos acá en Monterrey, pinta para ser gris y lluvioso. Salud!



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