Casa Madero Shiraz 2016

Casa Madero Shiraz 2016
Parras de la Fuente, Coahuila, México
$300-$350




Quise que la primera recomendación fuera sobre un vino mexicano porque hay mucho que presumir de lo que se está produciendo en México. Además, por la selección y las elecciones, estamos viviendo una semana muy intensa en cuanto al sentimiento nacional, así es que no está del todo mal encausarlo también hacia el vino.

Es verdad que México aún no destaca demasiado entre los productores de vino a nivel mundial y que fuera de nuestras fronteras (e incluso dentro) hay muchas personas que aún no saben que en nuestro país se está produciendo vino de gran calidad. Esto obedece a que la superficie de uva cultivada para vino es todavía muy pequeña, que los productores de vino enfrentan una pesada carga fiscal (lo que impacta en el precio del producto) y que el consumo de vino en la dieta de los mexicanos es muy baja en comparación con los principales países referentes en la producción de vino. 

Sin embargo, esto está cambiando. Cada vez son más los lugares donde se produce vino en México (Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Durango, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, más los que se acumulen) y el consumo per capita ha ido subiendo paulatinamente, encontrándose ubicado hoy en día en aproximadamente 750 mililitros por persona, es decir, el equivalente a una botella de vino al año (desde luego hay quienes contribuimos más a subir el promedio). La cultura del vino en México sin duda está creciendo.

Además, nuestro país tiene una larga historia de producción de vino. Se dice que las primeras vides llegaron a finales del siglo XV en el segundo viaje de Colón a América y en 1597 se fundó en lo que hoy es Parrás de la Fuente, Coahuila, las Bodegas San Lorenzo que a finales del siglo XIX pasaron a llamarse Casa Madero. Es, como lo presumen en su imagen, la casa vinícola más antigua del continente y aunque a lo largo de su historia ha cambiado de dueños y de enfoque en cuanto al tipo de vino que producen, hoy en día es uno de los máximos exponentes del vino de calidad mexicano (para conocer más sobre la historia de Casa Madero visitar este enlace).

De las tintas variedades a partir de las cuales elabora vino Casa Madero (Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, etc.) a mí particularmente me gustan más sus Shiraz.  Es una uva que suele presentar aromas y sabores sumamente interesantes, especiados y vegetales como a chile o pimiento rojo. De hecho a mi me suele recordar un dulce llamado "checolines". Esta es una uva de origen francés, que en aquél país (en donde normalmente se le llama Syrah) ha encontrado uno de sus mejores lugares de expresión en el valle del Ródano (en otra entrada hablaremos de un estupendo Shiraz o Syrah de esta región). Otra lugar donde se ha convertido en un referente en sin duda en Australia donde es quizá la uva más emblemática de sus tintos (también hablaremos más adelante de algún Shiraz australiano). Y pareciera que también en Parras ha encontrado un lugar adecuado para exponer al máximo sus mejores cualidades.

El Casa Madero Shiraz 2016 es un vino que ha pasado de 13 a 15 meses en barrica del roble americano, que suele aportar en los vinos notas a coco, cacao, vainilla, entre otros. Pero bueno, veamos qué me he encontrado en este vino:


Fase visual

Es un vino color rubí, jovial, muy brillante, limpio, que presenta un ribete rosado sin muestras de envejecimiento. El lagrimeo es fluido y las lágrimas caen a gran velocidad.


FASE VISUAL
Tinto Color
Ribete
Capa de color
Brillo
Rojo Rubí

Rosado sin signos de envejecimiento
Media a Media Alta
Brillante
Limpidez
Lagrimeo/Viscocidad

Muy buena
Fluido


Fase aromática

En nariz es un vino que se presenta con potencia, predominando una nota alcoholosa y herbácea, como a menta o albahaca, que hace que se destape un poco la nariz. Se advierten, aunque no predominan, notas a frutos rojos y negros como la frambuesa, grosella y la mora negra. También se aprecian notas torrefactas a café y chocolate, cuero y especias como la pimienta negra. Pero, sin duda, una de las notas predominantes, que suele estar presente en los vinos de Casa Madero, es esa nota como a madera húmeda, que inmediatamente me transporta a su cuarto de barricas.



FASE AROMÁTICA
1ª Impresión
Fuerza/Intensidad
Carácter
Complejidad
Buena
Media
Alcoholoso
Frutos rojos y negros
Especias
Torrefactos
Cuero
Media
Concentración
Limpidez
2ª Impresión

Media
Buena
Mejor


Fase gustativa

En boca tiene un ataque (es decir, esa sensación que produce de inmediato al dar el primer sorbo) cálido y ligeramente astringente. La acidez se percibe a nivel medio, pero el alcohol y los taninos (que son eso que produce la sensación de que algo nos "agarra la lengua") se perciben de medios a medios altos. Se percibe un cuerpo medio y la permanencia aunque no es prolongada, tampoco se trata de un vino volátil, pues deja una cierta huella agradable en el paladar. En boca, a diferencia de la nariz, predominan más los sabores frutales que aquellos provenientes de la madera, como la frambuesa y la cereza. También se encuentran muy presentes sabores especiados, principalmente de pimienta negra y un tanto más discretas aparecen las notas torrefactas a café y chocolate oscuro.


FASE GUSTATIVA
Ataque
Dulzor/Sequedad
Acidez
Alcohol
Tanicidad
Cuerpo
Permanencia
Suave y ligeramente cálido
Seco

Media

Medio a medio alto

Media a media alta
Medio
Media

Carácter
Frutos rojos
Especies
Torrefactos
Alcohol

En resumen, se trata de un buen exponente de los vinos de Casa Madero y de la calidad que se produce en Parras. Es un vino que puede beberse sólo, sin embargo, me parece que se disfruta más con comida, especialmente platillos mexicanos norestenses, como un buen corte de carne, el cortadillo, el atropellado e, incluso, el asado de puerco.

Apúrense a comprarlo antes de que inicie la ley seca. Que lo disfruten!

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